domingo, 25 de abril de 2021

La hija dorada del barrio Mariano Ramos

A los 13 años, María Isabel Urrutia fue descubierta por un entrenador que observó su capacidad para el atletismo; no obstante, fue gracias a la halterofilia que alcanzó la cima. Además, no había sueldo, había poco apoyo, escasa infraestructura y una organización deficiente. 👇Esta es su exitosa historia.

LA MUERTE DE BENKOS BIOHÓ, 400 AÑOS DE RESISTENCIA AFRODESCENDIENTE

Benkos Biohó fue una de las miles de personas llevadas a América desde África, convertidas como mercancía en la práctica más vil que jamás haya tenido la humanidad: la esclavitud. Esta es su historia La muerte de Benkos Biohó, 400 años de resistencia afrodescendiente Martes, 16 Marzo, 2021 - 06:55 Por: Felipe Arias Escobar, Señal Memoria Benkos Biohó fue una de las miles de personas que salieron de los puertos de África occidental con destino a América, convertidas como mercancía en la práctica más vil que jamás haya tenido la humanidad: la esclavitud, un reflejo de la forma violenta en la que esta parte del mundo se había incorporado a la economía global. En el siglo XVI, tras la parcial conquista europea de nuestro continente, se impuso una economía basada en la extracción de metales preciosos y la explotación de haciendas, para lo cual las élites españolas y criollas exigieron mano de obra esclava. Sin embargo, la prohibición oficial de esclavizar indígenas hizo que se generalizara una práctica hasta ese momento limitada a comerciantes portugueses y mediterráneos: la cacería y el tráfico de esclavos negros a través del océano Atlántico. En las colonias españolas en el Caribe este comercio inició casi al tiempo con la Conquista y se incrementó desde 1580, cuando la Corona se anexó Portugal y convirtió a Cartagena en el principal puerto esclavista del mundo (alrededor de 2.000 esclavizados llegaron al año durante el siglo XVII). Así llegó aquí Benkos Biohó, procedente de las islas Bijagós, hoy parte de la República de Guinea-Bisáu. Como era de esperarse, la esclavitud generó variadas formas de resistencia en la Nueva Granada. Desde el uso de los cauces legales que permitían la compra de la libertad, hasta la fuga y las rebeliones armadas que fueron frecuentes durante todo el periodo colonial. A lo largo del siglo XVI, por ejemplo, se documentan acciones de esclavos fugitivos en Santa Marta (1529), el Valle del Sinú (1536), Cartagena (1540), Cali (1575), Tunja (1585) o Antioquia (1597). Eran los cimarrones, nombre que se usaba para referirse al ganado perdido y que, ahora extendido despectivamente a seres humanos, se convirtió en sinónimo de emancipación entre las comunidades negras. Es así como en 1599 Benkós Biohó huyó con su esposa y sus hijos de la casa de Juan Gómez, su captor, llevándose a otros treinta esclavos que fueron sumándose en el camino. Luego de vencer a sus perseguidores, salieron de Cartagena y se refugiaron en la ciénaga de La Matuna, al sur de Tolú, defendieron su poblado con una empalizada (un “palenque”) y durante los años siguientes resistieron ataques armados de los españoles, atrajeron a nuevos fugitivos y atacaron haciendas desde Turbaco hasta Mompox. La guerra entre los cimarrones y las autoridades coloniales finalizó en 1613, cuando los apalencados lograron el reconocimiento de su autonomía y licencia para entrar libremente a Cartagena, a cambio de no recibir más pobladores y no atacar más a los vecinos de la provincia, mientras que a Benkos Biohó, el ‘rey de La Matuna’, se le permitió visitar el puerto vestido “de capa y espada”. Sin embargo, la paz se rompió en 1619 cuando Benkos fue apresado por un altercado con la guardia del puerto; dos años después, el 16 de marzo de 1621, fue ahorcado bajo los cargos de desacato a la autoridad y de seguir levantando esclavos. Benkos Biohó murió víctima de un poder jerárquico y violento, incapaz de cumplir sus propios acuerdos y temeroso de la reacción de aquellos a quienes excluía. Pero su lucha, al ser la misma de todo un pueblo, siguió dándose durante los siguientes siglos: en el siglo XVII había nuevos palenques en los Montes de María, el bajo Cauca y el bajo Magdalena; para el XVIII, los pueblos cimarrones estaban aguas arriba de ambos ríos, en el Chocó y las cumbres de las cordilleras, mientras negros libres, mestizos y blancos pobres expandían juntos la frontera agrícola por todo el país. Aún en el siglo XIX, bajo la frustración de una Independencia que no acabó con la esclavitud, las rebeliones continuaron en Valledupar, Barranquilla o San Andrés, hasta cuando la compraventa de seres humanos por fin fue abolida en 1851. Esta historia emblemática sobrevivió de forma excepcional en una comunidad que en 1691 también obtuvo el reconocimiento de su autonomía y reivindicó a Benkos Biohó como su fundador: San Basilio de Palenque. El pueblo palenquero simboliza de tal manera la supervivencia y el renacimiento africano en América, que en 2008 sus tradiciones fueron declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Los archivos de la Radio Nacional y Radiónica, conservados por Señal Memoria, narran buena parte de ese acervo en el cubrimiento a festivales, artistas y rituales ancestrales, los programas del maestro Manuel Zapata Olivella, el registro de los triunfos del campeón Pambelé y muchas otras muestras de una cultura que tenemos el deber de enaltecer y preservar.

viernes, 23 de abril de 2021

23 de abril Día del Idioma

23 de abril Día del Idioma. En Colombia existen aproximadamente 68 lenguas nativas habladas por cerca de 850.000 personas. Entre ellas, se encuentran 65 lenguas indígenas, o indoamericanas, dos lenguas criollas habladas por afrodescendientes: el creole de base léxica inglesa hablado en San Andrés, Providencia y Santa Catalina y el Ri Palengue de base léxica española, hablada en San Basilio de Palenque, Cartagena y Barranquilla, donde residen palenqueros. De igual manera, en Colombia, también se encuentra, la lengua Rromaní hablada por el pueblo Rrom o Gitano presente en diferentes departamentos del país. Muchas de estas lenguas están en riesgo y los próximas generaciones no las conocerá.

miércoles, 7 de abril de 2021

HABLEMOS DE LA ESTÉTICA AFRO

  



El cabello afro siempre ha sido visto como sucio, desprolijo, poco profesional. En los últimos años se ha venido dando un proceso de empoderamiento y vemos con más frecuencia a afros o (negros) luciendo sus melenas. Lo que ha llevado a que el comercio y la publicidad nos vea como objetivo para monetizar nuestro cabello. Entonces a través de la publicidad quieren influenciar en un modo en particular en que deberíamos llevar nuestro cabello y los productos que deberíamos utilizar. Para que luzca bonito pero a su modo y no como nosotros lo queramos. 

A lo largo de la historia nuestro cabello fue satanizado,  hasta el punto que dentro de nosotros aprendimos a no amarlo y aceptarlo como era. Gracias a muchas personas en diferentes partes del mundo se ha venido trabajando para que una gran cantidad de chicas y chicos afro luzcan con orgullo su cabello natural, amen su color de piel, se sienten hermosos, poderosos y sobre todo libres de ataduras mentales. Que recuerden que  a través del el cabello natural nuestros antepasados; utilizaron las trenzas como rutas de escape  cimarròn, y escondite para transportar las semillas que brotarían en los palenques, los Turbantes para ocultar el oro que servirìa para comprar su libertad. Que este cabello es parte de nuestra esencia e identidad, debemos tener amor propio y que es  tan hermoso como los otros tipos que hay. 

El comercio y la publicidad han influenciado en  muchas mujeres el dejarse llevar por ciertos parámetros de belleza que no es que esten mal, pero que no son una obligación. Las niñas ven publicidad y creen que el cabello para verse lindo necesita ser del tipo 3, necesita tener un largo considerable y creen que deben usar cierta cantidad de productos para que funcione. Es un tema que se ha venido generalizando, y sé lo difícil y lo que significa romper con los tradicionales estándares de belleza,  Engrandece tu belleza, haz con tú cabello  lo que les de felicidad, lo que los haga sentir libres y que  vivan el proceso de conocer su cabello, sus raíces y que lleven su cabello como quieran, que sea una desición personal y NO impuesta por estereotipos.

Debemos empezar amar nuestros rizos en su forma natural y a caminar empoderadas con el, sé que es duro, no es sólo luchar con la ignorancia de las personas blancas, sino también de algunos afros que aún no se aceptan, y no aceptan que otro afro luzca su cabello al natural, suelto, sin ninguna necesidad de usar determinados productos que una sociedad de consumo quiere venir a imponer.  Y no se equivoquen no quiero decir que esté mal alizarse, hacer definiciones, o usar extensiones, etc,. Porque yo misma lo hago (excepto el alizarme hace más de cinco años). Lo que está mal es juzgar al afro que lo hace y lleva su cabello suelto diciéndole que no se peina, que parecen recién levantadas, y que se ven como si fuesen rastas.

Diganme ¿cómo saben si se han peinado o no? ¿Qué tiene de malo llevar rastas? hay muchas negros que piensan así, que los blancos lo piensen hasta puedo entenderlo, pero que los negros lo digan me duele y me hace ver que aún falta mucho por hacer dentro de nuestars comunidades negras para lograr la empoderación definitiva. Nuestro cabello es así y no porque no se peine, así es su naturaleza. Lo que hay que hacer es darnos motivación y que todas seamos libres de escoger el estilo que más nos guste y poder caminar orgullosas con el, sin imposciones y salir a la calle orgullosos y cómodos. 

Nuestro cabello no necesita arreglo, el es hermoso en todas sus formas. La idea es que entre nosotros nos motivemos y nos acompañemos en estos procesos. Cada uno con su estilo y dandonos animos para amar y disfrutar nuestro cabello y adquirir una mayor identidad. Respetamos las diferencias y nos acompañemos en estos procesos. La estética Afro tiene poder para transformar más cosas y lo estamos haciendo y es toda una gran apuesta, logrando el empoderamiento desde edades tempranas. Es poderoso, político, amoroso, resiliente y digno.